lunes, 30 de julio de 2012

egipto



En Egipto surgió una de las primeras grandes civilizaciones, con obras de arte elaboradas y complejas que suponen ya una especialización profesional por parte del artista/artesano. Su arte era intensamente religioso y simbólico, con un poder político fuertemente centralizado y jerarquizado, otorgando una gran relevancia al concepto religioso de inmortalidad, principalmente del faraón, para el que se construyen obras de gran monumentalidad. Iniciado alrededor del 3.000 a.C., el arte egipcio perduró hasta la conquista de Alejandro Magno, si bien su influencia persistió en el arte coptobizantino.

La arquitectura se caracteriza por su monumentalidad con el empleo de la piedra, en grandes bloques, con sistema constructivo adintelado y sólidas columnas. Destacan los monumentos funerarios, con tres tipologías principales: lamastaba, tumba de forma rectangular; la pirámide, que puede ser escalonada (Saqqarah) o de lados lisos (Gizeh); y los hipogeos, tumbas excavadas en el suelo o en paredes de precipicios (Valle de los Reyes). La otra gran edificación es el templo, conjuntos monumentales precedidos de una avenida de esfinges y dos obeliscos, un acceso con dos pilonos o muros |trapeciales, un patio hípetro, una sala hipóstila y el santuario. Destacan los templos de Karnak, Luxor, Filae  Edfú. Otro tipo de templo es el speos, en forma de hipogeo, como en Abu Simbel y Deir el-Bahari.


        





La escultura y la pintura muestran la figura humana de forma realista, aunque con gran rigidez y esquematización. En la escultura egipcia comenzó a representarse a faraones y dioses ya en las primeras dinastías, alcanzándose durante la IV Dinastía el dominio absoluto de la técnica en elegantes representaciones de porte majestuoso con acabados pulidos en materiales tan duros como el granito o la diorita. Predominaba la ley de la frontalidad y el hieratismo, con formas tendentes a la geometrización, dado su carácter simbólico como manifestaciones de la vida ultraterrena. También destacan los ushebti, pequeñas figurillas de tierra cocida o madera, de mayor realismo que la escultura funeraria, representando escenas cotidianas.



La pintura se caracteriza principalmente por presentar figuras yuxtapuestas en planos superpuestos. Las imágenes se representaban con criterio jerárquico, por ejemplo: el faraón tiene un tamaño más grande que los súbditos o los enemigos que están a su lado. Predominaba el canon de perfil, que consistía en representar la cabeza y las extremidades de perfil pero los hombros y los ojos de frente. En Egipto se desarrollaron notablemente las artes aplicadas, especialmente la ebanistería y la orfebrería, con magníficos ejemplos como los muebles de cedro con taraceas de ébano y marfil de las tumbas de Ju'e y Tu'e (Museo Egipcio de El Cairo), o las piezas halladas en la tumba de Tutankamon, de gran calidad artística.






      




La literatura egipcia fue la primera en desarrollar un formato literario tal y como lo conocemos hoy en día: el libro.12 Una de sus mejores manifestaciones es la Historia de Sinuhé, un servidor de Sesostris I, cuyo relato data de mediados del siglo XX a. C. Posteriormente destaca el Libro de los muertos, escrito en el Papiro de Ani, datado hacia el siglo XIII a. C. La música egipcia era principalmente de signo religioso, con un gran protagonismo del canto vocal, desarrollando un ciclo anual de festividades cada una de las cuales tenía su música correspondiente –hecho que pasó a la liturgia judía y cristiana–. Entre sus instrumentos figuraban el sistro, el ser (pandero), el ben (arpa), la seba (flauta), el sneb(trompeta) y el met (clarinete). Al parecer, tenían también un tipo de órgano hidráulico, y en la tumba de Tutankamon se encontraron dos trompetas de plata