En Egipto surgió una de las primeras grandes civilizaciones, con obras de arte elaboradas y complejas que suponen ya una especialización profesional por parte del artista/artesano. Su arte era intensamente religioso y simbólico, con un poder político fuertemente centralizado y jerarquizado, otorgando una gran relevancia al concepto religioso de inmortalidad, principalmente del faraón, para el que se construyen obras de gran monumentalidad. Iniciado alrededor del 3.000 a.C., el arte egipcio perduró hasta la conquista de Alejandro Magno, si bien su influencia persistió en el arte copto y bizantino.
La pintura se caracteriza principalmente por presentar figuras yuxtapuestas en planos superpuestos. Las imágenes se representaban con criterio jerárquico, por ejemplo: el faraón tiene un tamaño más grande que los súbditos o los enemigos que están a su lado. Predominaba el canon de perfil, que consistía en representar la cabeza y las extremidades de perfil pero los hombros y los ojos de frente. En Egipto se desarrollaron notablemente las artes aplicadas, especialmente la ebanistería y la orfebrería, con magníficos ejemplos como los muebles de cedro con taraceas de ébano y marfil de las tumbas de Ju'e y Tu'e (Museo Egipcio de El Cairo), o las piezas halladas en la tumba de Tutankamon, de gran calidad artística.
La literatura egipcia fue la primera en desarrollar un formato literario tal y como lo conocemos hoy en día: el libro.12 Una de sus mejores manifestaciones es la Historia de Sinuhé, un servidor de Sesostris I, cuyo relato data de mediados del siglo XX a. C. Posteriormente destaca el Libro de los muertos, escrito en el Papiro de Ani, datado hacia el siglo XIII a. C. La música egipcia era principalmente de signo religioso, con un gran protagonismo del canto vocal, desarrollando un ciclo anual de festividades cada una de las cuales tenía su música correspondiente –hecho que pasó a la liturgia judía y cristiana–. Entre sus instrumentos figuraban el sistro, el ser (pandero), el ben (arpa), la seba (flauta), el sneb(trompeta) y el met (clarinete). Al parecer, tenían también un tipo de órgano hidráulico, y en la tumba de Tutankamon se encontraron dos trompetas de plata